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La UDI dentro de RN había mantenido su identidad, hasta que en 1988 se produce la expulsión de Jaime Guzmán, que había denunciado irregularidades en las primeras elecciones internas. Ante esto, renunciaron todos y se independizaron como partido, recibiendo entre sus filas a muchos ex colaboradores de la Dictadura. Andrés Allamand quedó al frente de RN.
Como vemos, desde el comienzo que existe una separación entre ambos sectores, pasando RN a tornarse más moderado, más tipo “centro izquierda” que la UDI más “derecha – ultra derecha”. Es imposible no recordar las antiguas alianzas históricas de Chile, como lo fueron los Pipiolos y Pelucones o los Liberales y Conservadores.
Pero, al igual que en sus antecesores, la Alianza es precaria, aunque ambos creen que los valores societales se fundan en la tradición cristiano occidental, que la familia es su principal núcleo, apoyando la economía de libre mercado, la visión de Estado difiere. Para la UDI, el Estado debe garantizar el bien común, teniendo autonomía de los cuerpos intermedios, algo así como una Democracia protegida o tutelada, para RN no, por lo que se presenta más moderada. (De ahí por ejemplo, el malestar de la UDI con las marchas contra Hidroaysén y que SP diera orden de autorizar todas las marchas)
Ambos partidos en sus bases fundacionales, dicen ser laicos, pero sabemos que tanto en UDI y en menor medida RN, existe una fuerte influencia de los sectores católico ultra conservadores, de aquellos que les gusta imponer.
Si miramos los principios de ambos partidos, son casi idénticos, salvo un par de párrafos:
Entonces, ¿Qué los diferencia?
Personajes, la mala endémica de unos contra otros, entre y dentro de los partidos. En El Dínamo, hace algún tiempo, apareció un artículo de las 5 peleas más memorables entre RN y UDI (ver acá) por lo que no nos adentraremos en ese tema.
Creemos que la falta de relato que caracteriza a nuestra coalición gobernante, pasa por los fuertes personalismos que existen dentro de los partidos, que los impide avanzar como bloque, aunando criterios y elevando propuestas. Pesa mucho más el apellido, la trayectoria y por quienes está respaldado, que una cercanía con las bases y mucho peor, con la sociedad.
Lo que los une (seguridad ciudadana, defensa del sistema económico, restricción de libertades) son temas con cierta cercanía a otros partidos de la concertación, (de ahí quizás los guiños constantes de Larraín a la DC) pero no les alcanza para relato.
En otras palabras, no tenemos claro cuál es el sentido y conducción que están dando al país, excepto la agilización de la reducción del Estado y protección del modelo económico. Pero debe haber algo más. La económica es sólo una de las esferas que componen los Estados y supeditar el resto a ellas, es una pésima elección, toda vez que la ciudadanía cada día se siente más empoderada y con ganas de participar abiertamente en las decisiones de los temas país.
Sentimos es necesario y sano en materia política, que RN y UDI encuentren su tan preciado relato, pues nos haría bien como país discutir y debatir con ciertos pisos. Ahora nos encontramos en el aire, con un gobierno que prometió ser de excelencia, poner en cargos claves a los mejores y lo que tenemos, es un montón de personeros salidos del mundo empresarial y privado, que poco tienen noción de lo que significa ser representante, asumiendo sus cargos como capataz de obra. De lo contrario, el descontento ciudadano seguirá creciendo ante las reiteradas imposiciones y “paradas de carro” del oficialismo, como los siguientes (que esperamos no sean parte del nuevo relato)
1 comentario:
No se ponen de acuerdo entre ellos, menos sobre un proyecto país.
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